Charles Le Brun | |
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Retrato de Charles Le Brun por N. Largillière |
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Nacimiento | 24 de febrero de 1619 París, Francia |
Fallecimiento | 22 de febrero de 1690 París, Francia |
Nacionalidad | Francesa |
Área | Pintura |
Charles Le Brun (París, 24 de febrero de 1619 - ídem, 22 de febrero de 1690) fue un pintor y teórico del arte francés, uno de los artistas dominantes en la Francia del siglo XVII.
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Biografía
Nacido en París, llamó la atención del canciller Séguier, quien le colocó en el taller de Simon Vouet cuando apenas tenía once años de edad. A los quince ya recibió encargos del Cardenal Richelieu, en cuya ejecución mostró tanta habilidad que obtuvo generosas alabanzas de Nicolas Poussin. Pasó posteriormente a Roma, ciudad donde permaneció entre 1642 y 1646. Conoció la obra de Rafael, y siguió a Guido Reni y los maestros de la Escuela Boloñesa.
Allí vivió gracias a una pensión del canciller. Fue en Roma discípulo
de Poussin, cuyas teorías artísticas adoptó y que influyó grandemente en
su obra.
De vuelta a París, estuvo bajo la protección del cardenal Richelieu. Con Philippe de Champaigne, consiguió del rey la fundación de la Academia de Pintura y Escultura (Académie royale de peinture et de sculpture) en el año 1648. Otros cofundadores de la institución fueron Sébastien Bourdon y Laurent de La Hyre.
De sus numerosos mecenas, el superintendente de las finanzas del rey, Nicolás Fouquet, fue el más importante; Fouquet le encargó la decoración del Palacio de Vaux-le-Vicomte (1656-1661). De su primera época la obra más importante es la decoración del Palacio del cardenal Richelieu, hoy perdido.
Entre 1650 y 1660 Le Brun adquiere su madurez estilística, realizando una pintura de corte clasicista y elegante, cuyas mejores obras son: La Magdalena, el Cristo en el desierto y la Crucifixión, así como los ciclos decorativos del Hôtel Lambert, el castillo de Vaux-le-Vicomte, las Tullerías y sobre todo Versalles.
Por aquel entonces, Mazarino estaba enfrentando en secreto a Colbert contra Fouquet. Tras la caída de Fouquet en 1661, Jean-Baptiste Colbert
se hace cargo de las finanzas del rey. Colbert rápidamente reconoció el
poder de organización de Le Brun, y lo unió a sus intereses.
La naturaleza de su talento enfático y pomposo estaba en armonía con
el gusto del rey, quien, lleno de admiración por las pinturas de Le Brun
para su triunfal entrada en París en 1660 y sus decoraciones en el Palacio de Vaux-le-Vicomte (1661), le encargó que ejecutara una serie sobre temas de la historia de Alejandro. El primer cuadro, Alejandro y la familia de Darío, gustó tanto a Luis XIV que ennobleció a Le Brun (diciembre de 1662), a quien nombró igualmente Premier Peintre du Roi (Primer Pintor del rey) en 1664
con una pensión de 12.000 libras, la misma cantidad que había recibido
anualmente al servicio del magnífico Fouquet. El rey le había
considerado «el artista francés más grande de todos los tiempos». En la serie sobre las Batallas de Alejandro Magno
Le Brun no perdió la oportunidad de poner de relieve la conexión entre
la magnificencia de Alejandro y la del gran Rey Sol. Mientras trabajaba
en las Batallas, el estilo de Le Brun se hizo más personal,
revelando su esencia conforme se iba apartando de los antiguos maestros
que lo influyeron.
Igualmente destaca como un magnífico retratista, con obras como El canciller Séguier y Luis XIV en adoración de Cristo resucitado.
El canciller Séguier, h. 1670, óleo sobre lienzo, 295 × 351 cm, Museo del Louvre, París.
Le Brun, con Colbert, promovió un nuevo desarrollo de las artes industriales. En 1660 había contribuido a la creación de la Manufactura de los Gobelinos (Manufacture des Gobelins). A partir de 1663 actuó también como director de la manufactura. Al principio se dedicaban no sólo a los tapices, sino a todo tipo de mueble requerido para los palacios reales, incluidos espejos y porcelanas.
Mandando en las artes industriales a través de los gobelinos, de los
que era director, y de todo el mundo artístico a través de la Academia,
en la que tuvo diversos cargos, Le Brun infundió su propio carácter en
todo lo que se produjo en Francia durante su vida, y fue el creador del Estilo Luis XIV. Imprimió a las tendencias nacionales una dirección que perduró durante los siglos posteriores.
Desde esta fecha, todo lo que se hacía en los palacios reales fue dirigido por Le Brun. En 1663, fue nombrado director de la Académie royale de peinture et de sculpture por Colbert, donde estableció las bases del academicismo, siendo el maestro indiscutible y más poderoso del arte francés del siglo XVII. En 1666 se fundó la Academia de Francia en Roma, de la que fue nombrado director.
Las obras de la galería de Apolo en el Louvre se interrumpieron en 1677 cuando Le Brun acompañó al rey a Flandes; a su regreso de Lille pintó varios cuadros en el Château de Saint-Germain-en-Laye. La gran obra de Le Brun fue la decoración interior del Palacio de Versalles,
que quedó inacabada a su muerte. Tuvo bajo sus órdenes a decenas de
artistas y artesanos. Se reservó las Salas de la Guerra y de la Paz (Salons de la Guerre y de la Paix, 1686), la Escalera de Embajadores, y el Gran Salón de los Espejos (Galerie des Glaces), de 1679-84, obra de Le Brun y Jules Hardouin-Mansart). La decoración de Le Brun no es sólo una obra de arte: es el monumento definitivo a un reinado.
A la muerte de Colbert, le sucedió su enemigo François Michel Le Tellier de Louvois, Marqués de Louvois
como superintendente en el departamento de obras públicas. Louvais no
mostró ningún favor por Le Brun, el favorito de Colbert y, a pesar del
continuo apoyo del rey, Le Brun sintió un cambio amargo en su posición.
Esto contribuyó a la enfermedad que determinó su muerte en París el 22 de febrero de 1690 en su mansión privada. Fue inhumado en la iglesia de Saint-Nicholas-du-Chardonnet.
Legado
Charles Le Brun se convirtió en el principal intérprete del fasto y el prestigio político de la Francia de Luis XIV. Por este motivo fue menospreciado por los pintores románticos del siglo XIX
y poco conocido por el gran público. Se ha señalado por algunos
historiadores que Le Brun fue un déspota que usó su poder para ejercer
una tiranía artística sobre el siglo XVII, lo cual es discutido por otros.
Le Brun trabajó principalmente para el rey Luis XIV, para quien hizo grandes retablos
y cuadros sobre batallas. Sus pinturas más importantes se encuentran en
Versalles (pinturas murales del techo de la Galería de los Espejos) y
en el Louvre (decoración del techo de la Galeria de Apolo).
Además, destaca su decoración del palacio de Vaux-le-Vicomte: la cámara del rey Le temps enlevant au Ciel la Vérité; y la cúpula del pabellón de la Aurora en el palacio de Sceaux.
El número de obras que hizo para corporaciones religiosas y patrones privados es enorme. Le Brun fue también un buen retratista y un excelente dibujante. Pero no gustaba especialmente ni del retrato ni de la pintura de paisajes,
que le parecían meros ejercicios para desarrollar su maestría técnica.
Lo que le importaba era una composición estudiada, cuya última finalidad
era alimentar el espíritu. La base fundamental en la que el director de
la Academia basaba su arte era incuestionablemente hacer que su pintura
hablara, a través de una serie de símbolos,
ropajes y gestos que le permitían sutilmente añadir a sus composiciones
los elementos narrativos que dotaban a sus obras de una hondura
particular. Para Le Brun, un cuadro representaba una historia que uno
podía leer. Casi todas sus composiciones se han reproducido por
celebrados grabadores.
Sus cuadros más destacados son: El sueño del niño Jesús y El canciller Séguier (y su séquito), ambos en el Museo del Louvre, así como los lienzos con la Historia de Alejandro Magno.
En su tratado, publicado póstumamente, Méthode pour apprendre à dessiner les passions
(1698) promovió la expresión de las emociones en pintura. Influyó
grandemente en la teoría del arte durante los dos siglos siguientes.
Entre las decenas de personas que trabajaron a sus órdenes en un
momento u otro, cabe destacar: Claude I Audran, Jean-Baptiste de
Champaigne, Charles de la Fosse, René-Antoine Houasse, Jean Jouvenet y Hyacinthe Rigaud.
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