domingo, 18 de septiembre de 2011

Leon Battista Alberti


Leon Battista Alberti (Génova, Italia, 18 de febrero de 1404 - Roma, 20 de abril de 1472) fue sacerdote, Secretario Personal (abreviador apostólico) de tres Papas (Enrique IV, Nicolás V, Pio II)(desde 1431 a 1464), humanista, arquitecto, proyectó edificios aunque nunca dirigio sus obras, matemático, y poeta italiano. Además de estas actividades principales, también fue criptógrafo, lingüista, filósofo, músico y arqueólogo. Es una de las figuras del humanismo y personalidad artísticas teórica más polifacéticas del Renacimiento.
Alberti fue el primer teórico artístico del Renacimiento, una figura emblemática, por su dedicación a las más variadas disciplinas. Se mostró constantemente interesado por la búsqueda de reglas, tanto teóricas como prácticas, capaces de orientar el trabajo de los artistas; en sus obras menciona algunos cánones. Por ejemplo, en De statua expone las proporciones del cuerpo humano, en De pictura proporciona la primera definición de la perspectiva científica y por último en De re ædificatoria (obra que termina en 1450) describe toda la casuística relativa a la arquitectura moderna, subrayando la importancia del proyecto, los diversos tipos de edificios siguiendo las funciones que deben desempeñar.
El aspecto más innovador de sus propuestas consiste en mezclar lo antiguo y lo moderno propugnando de ese modo la praxis antigua y la moderna, que había iniciado Filippo Brunelleschi. Además, según Alberti: "...el artista en este contexto social no debe ser un simple artesano, sino un intelectual preparado en todas las disciplinas y en todos los terrenos". Una idea heredera del enciclopedismo medieval de los doctos, pero adaptada a la vanguardia humanista.
La clase social con la que Alberti se relacionará es la alta burguesía culta florentina. Trabajó al servicio de los mecenas más importantes de su época: el papado, los Este en Ferrara, los Gonzaga en Mantua, los Malatesta en Rímini...

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Biografía

Estatua de L.B. Alberti en la Galleria degli Uffizi.

La formación humanística

Alberti nació en Génova. Era hijo natural de Lorenzo Alberti, miembro de una rica familia de comerciantes y banqueros florentinos, desterrados de la ciudad toscana en 1401 por motivos políticos. De hecho, Alberti no conocerá la ciudad de la que su familia era originaria hasta 1434.
Sus primeros estudios los dedicó a las Letras, primero en Venecia y luego en Padua, pero los abandonó al trasladarse a la Universidad de Bolonia, donde empezó a estudiar Derecho (y tal vez griego), a la vez que desarrollaba otras disciplinas artísticas, entre las que hay que señalar la música, la pintura, la escultura, las ciencias físicas y matemáticas, y la filosofía.
Alberti se dedicó a la literatura desde muy joven, incluso antes de inicar sus estudios. En Bolonia escribió una comedia autobiográfica en latín, una lengua que dominaba con gran maestría, la Philodoxeos fabula (Amante de la Gloria), con la que consiguió engañar a todos los expertos de su época, que la consideraron original y la atribuyeron a Lépido, el nombre que usó para firmar Alberti. También en latín compuso diálogos, los Intercœnales, que algunos atribuyeron a Luciano de Samosata a causa de su circulación anónima y su carácter satírico, y en 1428, una obra titulada Deifira, en la que explicaba el modo de escapar de un amor que se hubiera iniciado con mal pie, inspirado con toda probabilidad en vivencias personales.
Tras la muerte de su padre en 1421, Alberti tuvo fuertes diferencias con la familia, a lo que se unieron problemas de tipo económico. En esta época Alberti fue ordenado sacerdote, y comenzó una exitosa carrera eclesiástica en la diplomacia vaticana. En 1431 se convirtió en secretario del patriarca de Grado, en 1432 se trasladó a Roma, en donde fue nombrado "abreviador apostólico" (su cargo eclesiástico era el de rubricar los "breves apostólicos", las disposiciones papales enviadas a los obispos). Durante 34 años trabajó como abreviador, viviendo entre Roma, Ferrara, Bolonia, Florencia, Mantua y Rímini.
En 1433 Alberti empieza a redactar cuatro libros en lengua vulgar, en el dialecto italiano de la época hablado en la región toscana, una importante elección, los Libros de la Familia, que están considerados como su obra maestra, y que finaliza en 1441. Se trata también en esta ocasión de un tratado que "reproduce" un diálogo apócrifo desarrollado en Padua, en 1421. En el debate participan varios componentes de la familia Alberti, personajes reales. En el diálogo se enfrentan dos visiones opuestas: por una parte aparece la mentalidad emergente, burguesa y moderna, por otra la tradición, una mentalidad clásica unida al pasado. El análisis del libro es una visión de los principales aspectos de la vida social de la época, el matrimonio, la familia, la educación, la gestión económica de la familia, las relaciones sociales.
A pesar de haber escrito numerosos textos en latín, lengua a la que reconocía un gran valor cultural y unas cualidades expresivas superiores, Alberti fue un ferviente preconizador de la lengua vulgar, a la que consideraba más adecuada a las exigencias de una sociedad naciente en permanente transformación. La experiencia del Certame coronario, una competición de poesía dedicada al tema de la amistad, desarrollada en Florencia en 1441, sirvió como afirmación de la importancia y valor de la lengua vulgar. A la idea de este concurso hay que atribuir las pruebas de diversas líricas desarrolladas por Alberti, recogidas y publicadas sucesivamente con el título de Rimas, casi todas de tema amoroso, pero muy originales e innovadoras tanto en su estilo como en la métrica. Se trata de uno de los primeros ejemplos en la literatura italiana del recurso a una métrica "bárbara".

La actividad como arquitecto

Palacio Rucellai, Florencia.
Santa Maria Novella, Florencia.
Trabajó como arquitecto sobre todo para Giovanni di Paolo Rucellai, comerciante y humanista, amigo íntimo suyo y de su familia.
Por encargo de Rucellai en 1456 proyecta la finalización de la fachada de la iglesia de Santa Maria Novella, que había quedado inacabada en 1365 en el primer nivel de arcadas. Alberti se encontró con el problema de tener que integrar elementos de épocas anteriores: debajo estaban las tumbas flanqueadas por arcos apuntados y las portadas laterales, también apuntadas, en cambio en la parte superior ya estaba establecida la altura del rosetón en el que, en la parte inferior insertó en el centro una portada clásica, y colocó una serie de arquitos, con una franja de mármol para separar y enmascarar las contradicciones entre los dos niveles. El factor de unificación más poderoso entre ambas partes fue completar la composición con incrustaciones de mármol inspiradas en el románico florentino, como en la fachada de la iglesia florentina de San Miniato.
De hecho, la fachada se inscribe perfectamente en un cuadrado cuyo lado coincide con la línea de base de la iglesia. Dividiendo en cuatro, dicho cuadrado, se obtienen cuatro cuadrados menores equivalentes a las partes fundamentales de la fachada: dos de ellos comprenden la zona inferior; mientras uno comprende la parte superior.


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Iglesia de Santa María Novella

La fachada, finalizada en 1470 por Leon Battista Alberti.
La Basílica de Santa María Novella es una de las iglesias más importantes de la ciudad italiana de Florencia, y se encuentra situada en el noroeste de la parte antigua de la ciudad, en la plaza del mismo nombre y próxima a la Estación de tren de la ciudad.

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Historia

La nave central de la iglesia, de estilo gótico.
Detalle del arco de medio punto central.
En el siglo IX existía un pequeño oratorio dedicado a Santa María de la Viña, y sobre él se levantó, en 1049, la iglesia de Santa María Novella, concedida, en 1221, a doce frailes dominicos, quienes, guiados por Fray Giovanni da SalernoBolonia dos años antes. La ampliación de la iglesia comenzó en 1279, y fue proyectada por Fray Sisto de Florencia, Fra Jacopo Pasavanti y Fray Ristoro de Campi. Se terminó a mediados del siglo XIIIEugenio IV en 1420. habían llegado a la ciudad provenientes de y fue consagrada por el Papa

La fachada

La fachada de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. Se finalizó en 1480. La primera intervención se realizó en 1350, cuando la zona fue recubierta de mármol blanco y verde gracias al mecenazgo de una tal Torino Del fu Baldese, muerto un año antes. De esa época datan los seis nichos de las dos portadas laterales, de estilo gótico, así como la ornamentación de mármol a recuadros. En uno de esos nichos Giovanni Boccaccio ambientó uno de sus relatos del Decamerón (VIII 9). Los nichos continuaron a lo largo de la pared oriental externa de la iglesia y alrededor del recinto del cementerio. En uno de ellos está enterrado el pintor Domenico Ghirlandaio.
Por encargo de la familia Rucellai Leon Battista Alberti, diseñó la gran puerta central, los frisos y el complemento superior de la fachada, en mármol blanco y verde oscuro (se terminó en 1470). Alberti armonizó los elementos previos góticos con los nuevos, puramente renacentistas. Las incrustaciones bicolores se inspiran en el románico florentino, en concreto en la basílica de San Miniato al Monte. Alberti también ideó las dos volutas que permiten salvar la distancia existente entre la nave central y las laterales. La voluta de la derecha fue recubierta de mármol en 1920

Elementos

La fachada consta de dos volutas que unen el cuerpo central con los laterales, dando así proporción y armonía a la obra, que al fin y al cabo, es la característica principal del renacimiento. El empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado del repertorio ofrecido por la Antigüedad, repertorio que Alberti reelaboró siempre con gran libertad. La relación armónica entre el ancho cuerpo inferior y el, mucho más estrecho, cuerpo superior de esta fachada, la resolvió el arquitecto con las dos volutas ya mencionadas, motivo de gran repercusión en la arquitectura religiosa del siglo XVI. Se puede observar el empleo de muchas formas geométricas en la obra, como los cuadrados que hay entre las pilastras de la parte superior de la fachada; círculos, como los que hay en las volutas y en el frontón, etc. Para Alberti, las formas geométricas, impulsan a meditar sobre las verdades de la fe, idea que anticipa las corrientes estéticas neoplatónicas que serán dominantes en la cultura florentina, ya que demuestra cómo las formas visibles son portadores de significaciones ideológicas precisas y porque la incrustación geométrica realiza el ideal de la reducción de la forma al puro "diseño". La fachada tiene un arco de medio punto característico de la arquitectura clásica. En el semicírculo delimitado por los capiteles de las pilastras y el arco de medio punto, hay representada una moldura con una escena religiosa, como se aprecia en la foto adjunta. Al mismo tiempo, la combinación de rectángulos y los materiales empleados, de acuerdo con la tradición medieval florentina, prestan particular belleza al conjunto.Se recuperan las superficies con incrustaciones geométricas del románico florentino, de San Miniato por ejemplo, pensando quizás que el románico florentino era la última expresión o la primera joya renacida de lo "clásico". Pero elabora el tema románico a partir de los principios, deducidos de Vitruvio, de la composición modular, asumiendo como módulo compositivo el cuadrado. Se puede apreciar la intención de resaltar el portón de la iglesia por la colocación de múltiples elementos decorativos:
  • Pilastras que dan estética y proporción al espacio ocupado por el portón.
  • El arco de medio punto que le da estabilidad y lo dota de armonía y belleza.
  • La colocación de molduras de color marrón oscuro con formas irregulares alrededor del portón consigue contrastarlo con las otras formas ya mencionadas.
  • La colocación final de dos grandes pilastras de mármol verde de capitel corintio encuadra todo los recursos decorativos del portón al conjunto de la fachada.
  • Cerca de la base de la fachada se encuentran diversos arcos apuntados adornados con mármol blanco y rojo alternativamente. Esto hace a la obra más proporcionada, ya que si no existieran dichos arcos, la obra quedaría similar a un bloque gigantesco de mármol, de esta forma, se consigue hacer a la obra más proporcional, más humana.
  • En la cumbre tenemos una cruz latina hecha de un núcleo de hierro y recubierta de oro puro.
Elementos de la fachada.

Leon Battista Alberti

Artículo principal: Leon Battista Alberti
Nacido en Génova hacia 1404, se formó en Humanidades en Padua y Derecho en Bolonia. En 1435 redactó un "Tratado de la pintura", donde teoriza sobre los gustos estéticos de los pintores florentinos y su deseo de superar las realizaciones de griegos y romanos. En 1452 escribe su "Tratado de arquitectura", un ensayo sobre el arte edificatorio incluyendo aspectos técnicos y que influirá en la tradición arquitectónica renacentista. Realizó la iglesia de San Andrés, en Mantuapalacio Rucellai (1453) y la fachada de la Santa María Novella (1458), ambas en Florencia. La figura de Alberti será tomada como modelo de erudición humanística en la primera mitad del siglo XV, al modo en que lo hará Leonardo (1470), cuyo modelo será adoptado más tarde por los jesuitas; también construyó el algo más tarde. Murió en Roma en el año 1472.

Interior de la iglesia

La iglesia presenta una planta de cruz latina, con características típicas de la arquitectura gótica cisterciense, dividida en tres naves. Contiene numerosas obras de arte, destacando el fresco de La Trinidad, obra de Masaccio, obra experimental en el uso de la perspectiva. Es de reseñar así mismo la Capilla Tornabuoni, que contiene los frescos de Ghirlandaio (entre ellos, su Natividad de María), y la capilla Gondi, que alberga la única obra en madera de Brunelleschi, el famoso Crucifijo. Giorgio Vasari fue el arquitecto que llevó a cabo la reforma entre 1565 y 1571, renovó el recinto del coro y reconstruyó los altares laterales, lo que propició la construcción de la ventana gótica. De nuevo se reformó entre 1858 y 1960 bajo las órdenes de Enrico Romoli.

El convento

Anexos a la iglesia se encuentran los edificios conventuales, que contienen tres claustros, que forman parte del Museo de Santa María Novella.
Es de destacar la sala capitular, conocida también como capilla de los españoles, pintada al fresco por Andrea de Bonaiuto en torno a 1365. Esta capilla fue destinada por el Gran Duque Cosimo I a las funciones religiosas de los españoles que pertenecían al séquito de su esposa Leonor de Toledo.
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En 1447 se le encarga la construcción del Palacio de la familia Rucellai. Su intervención en él se centra en la fachada, sobre una base que imita el opus reticulatum romano, realizada entre 1450 y 1460, y formada por tres planos superpuestos, separados horizontalmente por cornisas; la superposición de filas de columnas con distintos órdenes tiene origen clásico, y se basa en el Coliseo: en el piso inferior dóricas, jónicas en el piso noble y corintias en el segundo piso. El palacio pasará a ser modelo para todas las siguientes construcciones de residencias señoriales.
En Mantova construyó la iglesia San Andres.[1]

Alberti en Fiesole

Estudios recientes[1] creen que la Villa Médicis de Fiesole (edificada entre 1451 y 1457), es fruto de un proyecto ideado por Leon Battista Alberti, y rechazan la anterior atribución a Michelozzo (derivadas de Vasari).
Comparando la villa fiesolana con los edificios descritos en el libro V del De re ædificatoria (que termina de redactar en 1450), haciendo especial mención a la villa campestre y al jardín suburbano, la villa tiene una serie de requisitos que parecen estar inspirados de (o haber inspirado) la obra de Alberti:
  • La posición de cercanía a la residencia urbana;
  • La visibilidad "nada más salir de la ciudad";
  • Contar con un magnífico panorama;
  • "Vistas sobre la ciudad, la fortaleza, el mar o una amplia llanura";
  • La existencia de una sala central, el ‘sinus’ de Alberti, en lugar del patio que utiliza Michelozzo;
  • La proyección al exterior, por medio de la terraza y el soportal que filtra la luz del jardín.
Además de la belleza del edificio no se basa en la decoración de tipo medieval, sino en la sencillez de la estructura que le confiere economía, necesidad y belleza y, sobre todo, en la armonía de las proporciones. La villa resulta proporcionada en todas sus partes, tanto internas como externas, según los conceptos de Alberti que remiten a los números, a la música y a la geometría.
La Villa Médicis de Fiésole tenía numerosos elementos innovadores que hacen de ella probablemente el primer modelo de residencia suburbana y de jardín totalmente renacentista.
Entrada de la Iglesia de San Francisco de Rímini, también llamado el Templo Malatestiano.

Arquitectura fuera de Florencia

En 1450, Segismundo Malatesta lo llama y le solicita que vaya a Rímini. El objetivo es transformar la iglesia de San Francisco en un templo cristiano (el llamado Templo Malatestiano) a mayor gloria suya y de su familia. A la muerte del señor el templo permaneció inacabado en la parte superior de la portada, en la parte izquierda y en la tribuna. Se sabe del proyecto de Alberti por una medalla acuñada por Matteo de Pasti. Alberti creó, para integrar la antigua iglesia, para no estropearla, un muro inspirado en modelos romanos, pero también en parte tomando modelos gótico-venecianos, elevándolo sobre una tarima, siguiendo el modelo de los templos griegos. Para la fachada utilizó la forma de un arco de triunfo que encuadraba la puerta central, que había tomado del arco de Rímini, situando en los lados dos arcos menores que tendrían que haber enmarcado los sepulcros de Segismundo e Isotta, su mujer; en la parte superior de la fachada, la parte central debía realzarse y acabarse en forma semicircular, junto a dos volutas semicirculares. En los lados estaba prevista teóricamente una columnata, inspirada en los acueductos romanos. En el debían haberse alojado las tumbas de los hombres ilustres de Rímini. Para el ábside quería desarrollar una gran rotonda cubierta de una bóveda hemisférica, solución tomada del Panteón. Una particularidad de esta obra era que el revestimiento no tiene en cuenta las anteriores oberturas góticas, de hecho, los arcos laterales no tienen la misma medida que las ventanas ojivales.
San Sebastián, en Mantua.
En 1459 es requerido en Mantua a instancias de Ludovico Gonzaga. Su primera intervención en dicha ciudad es la iglesia de San Sebastián, que empieza en 1460. Esta iglesia era privada para los Gonzaga; tiene planta de cruz griega, dividida en dos pisos, uno de ellos enterrado, con tres brazos absidiados alrededor de un cuerpo cúbico. El brazo anterior tiene delante un pórtico con cinco aberturas. En la fachada el arquitrabe con tímpano dividido sobrevolado por un arco siriaco, inspirado en el arco de Orange.
Su segunda intervención, también por encargo de los Gonzaga, es la iglesia de San Andrés, erigida para reemplazar una capilla anterior en la que se veneraba una reliquia de la sangre de Cristo. Alberti presentó su proyecto, inspirado en un modelo etrusco que toma de Vitruvio, en oposición al anterior, de Antonio Manetti. La iglesia, que se empieza a construir en 1472, tiene planta de cruz latina y una nave única, con capillas laterales rectangulares, inspirándose en el arco de triunfo clásico como el arco de Trajano en Ancona. La fachada se puede inscribir en un cuadrado, y todas las medidas de la nave, tanto en su planta como en su alzado, tienen un preciso módulo métrico. La tribuna y la cúpula se completaron siguiendo un diseño diferente del de Alberti.
De 1467 data otra de las obras que lleva a cabo para los Rucellai: se trata del templete del Santo Sepulcro en la iglesia de San Pancracio de Florencia, construido siguiendo un paralelepípedo corintio, decorado con mármol, con figuras geométricas en proporción áurea, decoraciones geométricas, al igual que en la fachada de Santa Maria Novella, y que según Alberti, llevan a meditar acerca de los misterios de la fe.
Alberti también trabajó en Ferrara, en donde crea la parte trasera del Palacio Municipal, por aquella época sede de los Este y el campanario de la catedral con su característica bicromía de mármoles rosa y blanco.
Alberti trabajó para la curia romana hasta 1464, cuando se suprimió el colegio de los abreviadores, pero permaneció en la capital hasta su muerte, sucedida el 25 de abril de 1472, a los 68 años, Tras una intensa vida en la que había destacado en múltiples disciplinas. En el momento en que muere, ya hay un relevo: Leonardo Da Vinci tiene 20 años.

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